viernes, mayo 10

Tu esfuerzo vale


Un ganador trabaja bien fuerte y se permite más tiempo para si mismo.

Un perdedor esta siempre muy ocupado, y no tiene tiempo para los suyos.

Un ganador enfrenta los retos uno a uno.

Un perdedor les da vueltas y vueltas y no se atreve a intentarlo.

Un ganador se compromete, da su palabra y la cumple.

Un perdedor hace promesas, no asegura nada y, cuando falla, solo se justifica.

Un ganador dice: “Soy bueno, pero voy a ser mejor”.

Un perdedor dice: “No soy tan malo como mucha otra gente”.

Un ganador escucha, comprende y responde.

Un perdedor sólo espera hasta que le toque el turno de hablar.

Un ganador respeta a los que saben más que él y trata de aprender de ellos.

Un perdedor se resiste ante los que saben más que él y solo se fija en sus defectos.

Un ganador se siente responsable por algo más que su trabajo.

Un perdedor no se compromete y siempre dice: “Yo solo hago mi trabajo”.

Un ganador dice: “Debe haber una mejor forma de hacerlo”.

Un perdedor dice: “Esta es la manera en que siempre lo hemos hecho”.

Un ganador es parte de la solución.

Un perdedor es parte del problema.

Un ganador se fija en toda la pared.

Un perdedor se fija en el ladrillo que le corresponde poner.

Un ganador, como usted comparte este mensaje con sus amigos.

Un perdedor, como los otros, se lo guarda para sí mismo.


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